Un papa difícil de encasillar, para empezar a descubrirlo buscaba la excelencia espiritual con la austeridad como herramienta. No daba con el perfil papal de principios del siglo XIII. Como para diferenciarse aún más de los candidatos a papa, se exilió cinco años en una cueva del Monte Morrone donde llevó una vida sumida en el ascetismo, similar a la vida de clausura.
Profesó la abstinencia de todo placer mundano corporal y material. Está claro que no encajaba no solo para papa del siglo XIII, no calificaba ni para monaguillo.
Cuando el papa Nicolás IV estiró la pata en 1292, en vez de reunirse un cónclave se dividieron en dos facciones que se la pasaron soplándose la vela hasta que alguien nombró a Pietro Angeleri di Murrone como candidato de conciliación. No crean que esto sucedió por ser del agrado de ambas facciones, la verdad es que nadie lo conocía como para rechazarlo. Sería porque nunca concurría a las fastuosas fiestas vaticanas.Pietro no tenía carácter ni para rechazar la oferta y calladito y sumiso pero con mucho orgullo asumió el cargo eligiendo el nombre de Celestino V. El flamante papa era un poco inocente, al lado de los otros cardenales parecía medio pánfilo, sería porque entre sus colegas en la Santa Sede el que no corría volaba.
El cardenal Benedetto Gaetani creyó que podía manejarlo a voluntad y le daba instrucciones acompañadas de algunas expresiones denigrantes tipo: '¿entendés?', '¿te das cuenta?' o 'déjame a mí Celestino'. Gaetani lo trataba como un idiota. Pero resultó ser que el papa era un pillo bárbaro e hizo una jugarreta que los dejó a todos chupándose el dedo. Nombró 12 nuevos cardenales, 7 franceses y 5 italianos, ninguno de la capital, le había dado un golpe de gracia a la Curia Romana. Tan paquete que parecía.
Al pobre Celestino V le empezaron a correr los muebles de noche, le cambiaban las cerraduras y le serruchaban las patas de las sillas. El papa comprendió que se la tenían jurada y así como así, en diciembre de 1294 se fue sin saludar. Cuando se empezaron a acumular muchos papeles para firmar en su escritorio y jaboncitos en el baño se dieron cuenta que los había plantado. Cónclave a las apuradas y a elegir un nuevo papa. Para pensar como a Benedetto Gaetani nadie mejor que el propio Benedetto Gaetani que asumió con el nombre de Bonifacio VIII. Su primera medida fue encarcelar a su colega jubilado bajo el cargo de abandono de deberes de funcionario público. Digo yo, porque no había hecho nada malo.
Poco tiempo después, el mismo Gaetani fue el encargado de comunicar al mundo que don Celestino había fallecido en cautiverio de 'muerte natural'.
Roma era un nido de serpientes y como el ladrón cree que todos son de su condición, los conspiradores de siempre echaron a correr el rumor que el flamante papa había mandado a matar a Pietro Angeleri di Murrone para evitar que un clamor popular pidiera su regreso. Estaba seguro que aceptaría y reasumiría como Celestino V.
Siete siglos después alguien saqueó su tumba de la Basílica de Aquila y sus restos quedaron expuestos. A ojo de buen cubero se veía que su cráneo tenía un agujero sospechoso. Hicieron una tomografía y zas, lo habían ensartado con un clavo de 5 cm en el marulo. Por obra y gracia de Dios, el vaticano perdió ese estudio e hizo como perro que tiró la olla, yo no fui. Para contribuir a la confusión general se instaló la versión que el agujero era posterior a su muerte.
El hecho fue tomado y mencionado por Dan Braun en su novela 'Ángeles y Demonios'. '¿Muerte Natural?’, y si, es natural que alguien se muera con un clavo ensartado en la sesera. Después de Celestino V hubo que esperar más de 700 años para volver a ver renunciar a un papa, Benedicto XVI en 2013.

3 comments:
Eric Frattini ha escrito varios libros narrando las oscuras tramas y biografías de Roma santa...
he leído los espías del papá, que nido se serpientes tan peligroso es el Vaticano.
Muy entretenido leer este relato de la santa sede que son más peligroso que don corleone en la saga del padrino!!! Siempre la realidad supera a la ficción!!
Publicar un comentario